En muchas ocasiones, cuando asistimos a la Misa dominical nos hemos topado con el curioso fenómeno de ver una larga fila en el momento de la comunión. Algunos laicos, hombres o mujeres, se acercan al sacerdote para ayudarlo a repartir la comunión. Nos asalta la duda: ¿quiénes serán esas personas? ¿Es correcto lo que hacen?
Esas personas son los así llamados ministros extraordinarios de la Eucaristía. Es un ministerio laical que se establece con la petición del párroco y la aceptación del obispo diocesano. El que es ministro sabe que para poder ejercer este ministerio se requiere de la debida formación, conciencia y generosidad.De esta manera los laicos pueden ayudar en una forma activa a los párrocos en la distribución de la Comunión, tanto en la misa como fuera de ella.
De esta manera podemos estar seguros de que la Iglesia siempre mira por las necesidades de sus hijos. Para recibir este ministerio el documento Immensae caritatis pide que el fiel, hombre o mujer que será instituido como ministro extraordinario de la Eucaristía deba estar adecuadamente instruido y ser recomendable por su vida, por su fe y por sus costumbres. Incluso utiliza unas palabras muy exactas sobre la idoneidad de la persona, que transcribo a continuación. “No sea elegido nadie cuya designación pudiera causar admiración a los fieles”.
¿Quieres ayudar a la Iglesia católica? ¿Has pensado en cuantas personas dejan de recibir a Jesucristo en los hospitales, en las cárceles, en los asilos de ancianos o en sus casas, porque el párroco no tiene prácticamente el tiempo y no tiene personas que le ayuden?. Por eso la importancia de los ministros extraordinario de la comunión y su valiosa ayuda en la parroquia.
Nuestra parroquia cuenta con este valioso equipo y ministerio laical, que prestan un servicio eficaz y de buena manera para con los enfermos, este grupo esta coordinado por el Sr. Cura Juan José Leal además de que periódicamente tiene sus estudios para seguir continuamente capacitándose.
